La aplicación de técnicas dirigidas a integrar elementos lúdicos en la didáctica de las lenguas es una experiencia bastante difundida menos parece serlo la práctica que hace del juego una de las bases sobre las cuales sustenta la didáctica.
Encontramos a diario, en la práctica docente, estudiantes y colegas que manifiesta dudas y resistencias a “APRENDER JUGANDO” Algunas de ellas:
De los estudiantes: De los docentes:
- “no me gusta jugar” - “se pierde mucho tiempo”
- “¿no estamos un poco grandes para jugar?” - “a los adultos no les gusta jugar”
- “es cosa de chicos” - “poco se aprende con los juegos”
- “no se entienden son difíciles en otro idioma” - “nunca pienso en proponerlos”
- “yo vengo a aprender, no a perder el tiempo jugando.” - “crean problemas , situaciones conflictivas”
Para dar respuesta a ellas debemos recordar ante todo que no se puede concebir el desarrollo del ser humano sin la dimensión lúdica que hilvana y entrelaza las representaciones de las cosas. No hay aprendizaje ni desarrollo sin este espejo virtual que implica la producción lúdica. El jugar es ese espejo simbólico que transforma lo grande en pequeño, lo chico en grande, el niño en adulto, los padres en pequeño, los niños en padres . Perpetuar la dicotomía juego / seriedad distribuida por edades: niño / adulto borra la verdadera importancia del juego en la constitución del sujeto.
“APRENDER JUGANDO”
MA. CECILIA BARSOTTELLI
I.S.F.D. Nª 3 “DR. JULIO CÉSAR AVANZA” BAHÍA BLANCA
ASOCIACIÓN DANTE ALIGHIERI. BAHÍA BLANCA
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